lunes, 25 de mayo de 2009

Vaya, vaya, vaya

Hablaba por messenger con la chica que había conocido la noche anterior en un boliche. No estaba demaaasiado copada pero bueno, Sebas había insistido en que estaba buenísima y que por eso merecía una oportunidad. Se empezaba a desarrollar una charla corriente y poco inquisitiva de mi parte, aunque había logrado disimular bastante bien mi desgano. Interrumpieron la conversación mis ganas del quinto café del día (uno creería que por ser feriado iba a tomar menos café, pero no fue así). "Voy por un café, ya vuelvo", le avisé. 

Y por primera vez en la vida deseé que los ineptos de Fibertel me hubieran cortado internet en ese instante, para evitar que a mi pantalla se transcribiera ese horripilante "valla" con el que me respondió. ¡¿Valla?! Really?

De más está decir que, una vez que tuve mi humeante taza de delicioso café en las manos, no volví. 

lunes, 18 de mayo de 2009

Si supieras...

Después de decirle incontables veces que por favor releyera al menos una vez lo que escribía antes de pasármelo para que lo revisara, me había resignado a encontrar miles de atrocidades en todo lo que leía de la autoría de Roberto. Para que se den una idea, al abrir uno de sus documentos de Word, el corrector ortográfico se vuelve loco, y terminan siendo tantas las palabras subrayadas en rojo o verde como las rescatables.

Recién estaba cada uno en su computadora, yo escribiendo para el otro blog, y él revisando por fin lo que había redactado, antes de mandármelo. Rompió el silencio cuando se le escapó lo que pensaba en voz alta.

"¡Noooo! Callate con LL... ¡Qué malo soy, Dios!"

Ni siquiera me di vuelta para mirarlo. Dios, Roberto, si tan sólo supieras lo malo que sos....

lunes, 11 de mayo de 2009

¡¿Haugli?!

Comentaba con Roberto acerca de la indecencia de los cretinos que escriben todo con K, mientras que leía un informe que él envió a unos clientes hace unas semanas, y que yo no había llegado a revisar. Por alguna razón que excede mi comprensión de cómo funciona el análisis económico en la cabeza de Roberto, había dedicado todo un párrafo a contar una irrelevante anécdota sobre el ex Primer Ministro irlandés 'Haugli'. Lo iba a dejar pasar, pero Haugli me sonaba muy a saludo de cacique de alguna tribu de la segunda Edad del Hierro así que, por las dudas, lo googleé.

¡¡Ahhhh nooo!! ¡¡Por favor, decime que no mandaste ésto así como lo estoy leyendo al cliente!!¡¡¿¿Haugli, terrible animal??!! ¿¡Haugli?! ¡¡¡¿Estamos hablando del ex mandatario Charles Haughey?!! ¿¿Y ni siquiera se te ocurrió googlearlo para asegurarte de no estar diciendo cualquier pavada??

Estaba a punto de estallar, de saltarle encima a Roberto, tomarlo por el cuello y sacudirlo. En mi mente, un antepasado primate se apoderaba de mí y, chillando y saltando por toda la oficina con rabia, arrancaba el teclado de la computadora y lo usaba para golpear a Roberto en la cabeza hasta dejarlo inconsciente. Hasta podía oír el traqueteo de las teclas contra el cráneo de Roberto, contrastando con mis aullidos de mandril iracundo.

Todo esto ocurría en mi fantasía, hasta que me interrumpió el maldito bastardo, que se plantó muy serio para decirme que él pensaba igual que yo. No entendí de qué demonios hablaba hasta que aclaró que a él también le daban ganas de sacudir violentamente a los cretinos que escriben todo con K. Y no sé si con eso logró ablandarme, o si tardé demasiado en consolarme y asegurarme que no podíamos pensar parecido con ese animal. Pero la cuestión es que se lo dejé pasar. Cerré el documento de Word, resignada porque el informe ya había sido enviado y no había nada que hacer al respecto, y me quedé mirando la pared blanca por un rato. Creo que necesité de un abrazo.

sábado, 9 de mayo de 2009

¡Kpo no podés!

¡¡Me saca!! ¡Me enfurece la gente que escribe con K en vez de C o Q! Cada vez que me llega un mensaje de texto del estilo "ke hacen? kiero salir kon ustedes" me dan ganas de pegarle con el celular en la cara al emisor; como cuando uno está educando a un perro y le pone su error -sea una media mordida, o un mueble mordisqueado- bien cerca del hocico, para que lo vea y lo asocie con nuestra cara de asesinos.

Ni siquiera podría tolerar un "te kiero". Lamento no poder responder ante tan noble sentimiento, pero no puedo evitar trabarme en esa atrocidad ortográfica.

...Es que, sabelo, 'k-po', 'k-pa': escribir con K es de tumbero-wannabe; el tumbero genuino no sabe escribir... ¡Así que cortala! Escribir mal a propósito es LO MENOS.